MUSEO DE ARTE COLONIAL
Dirección: Cuenca y Mejía
Horario de atención: De martes a viernes de 9:00 a 17:00
Valor: Extranjeros $ 2, Nacionales $ 1, Estudiantes nacionales $ 0,50, Personas con capacidades especiales y tercera edad $ 0,50, Menores de 12 años entrada libre.
Historia
El Museo de Arte Colonial fue creado como colección permanente en 1914 por el entonces Ministro de Educación Manuel María Sánchez, ubicándose en la casa que mantenía la Escuela de Bellas Artes en el parque de La Alameda.
Posteriormente el Museo se trasladó al foyer del Teatro Sucre en donde funcionó hasta 1938, movilizándose posteriormente a la quinta presidencial.
En 1943, por Decreto Ejecutivo del Gobierno Nacional se adquiere la casa del Dr. Ángel Sáenz en donde comienza a funcionar el Muse, con la categoría de Nacional. En 1948, luego de la creación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, se adscribe el Museo a la Institución.
Al empezar su vida como parte de esta entidad cultural, se constituyó en el centro intelectual de la urbe quiteña y en sus salas se realizaron las exposiciones temporales más importantes de la época, tanto a nivel nacional como internacional; varias veces sus espacios fueron la sede del Salón Mariano Aguilera.
Colecciones
La primera colección que conformó el Museo fue adquirida al señor Pacífico Chiriboga, posteriormente se incrementó con obras que pertenecieron a los señores Alfredo Flores y Caamaño, Carlos Ashton, Carlos Fierro, Luis Veloz entre otros. Sus colecciones que datan de los siglos XVI, XVII, XVIII y principios del XIX, forman parte del tesoro artístico del Patrimonio Nacional.
El Museo posee entre sus bienes obras únicas de incalculable valor patrimonial, destacándose entre ellas la serie de Las Estaciones y la Virgen de la Flores atribuidas a Miguel de Santiago; pinturas firmadas por Bernardo Rodríguez, Manuel Samaniego, Francisco Albán, Antonio Salas, Joaquín Pinto, entre otras. El museo exhibe en sus salas importantes esculturas atribuidas a destacados artistas como Pampite, Caspicara, Legarda, entre otros.
Es poseedor el Museo de la mayor colección de miniaturas en pintura y escultura del país, de origen asiático y nacional, que datan de fines del XVIII y comienzos del XIX, muchas de ellas trabajadas en marfil, tagua, corozo y madera. Cuenta entre sus bienes patrimoniales con piezas de orfebrería elaboradas en el período virreinal y cerámica quiteña producida en el último cuarto del siglo XVIII.
Custodia también un interesante mobiliario, conformado por escritorios, arquillas, baúles, sillones fraileros, etc; elaborados con las técnicas de la taracea y marquetería en marfil, concha nácar, carey y madera y otros objetos decorados con la técnica del barniz de Pasto. Este mobiliario perteneció al Palacio Nacional y fue donado al Museo por el Presidente Galo Plaza Lasso.
La Casa
Se desconoce quiénes fueron sus primeros dueños y la fecha exacta de construcción de la casa. En 1593 el propietario fue Alonso de Troya Pinque, rico mercader panameño, cuya esposa al quedar viuda fundó en esta ciudad el monasterio de clausura de Santa Catalina de Siena. Su hijo Cristóbal de Troya, fue el Fundador de Ibarra.
A principios del siglo XVII la casa perteneció a Francisca de Tello, quien al testar la dejó como heredera a su hija Jerónima de Paz y Jaramillo. En el censo de 1797 se registra como propiedad de Tomás de Villacís, sobrino nieto del acaudalado comisario y caballero de la orden de Santiago, Francisco de Villacís. En el siglo XVIII la casa perteneció a José Miguel Murgueytio, José Pío Escudero y su esposa Antonia Carrión, Mariano Gangotena y Juana Álvarez de Gangotena, Tomás Álvarez, Reinaldo y Filoteo Samaniego, quienes la vendieron al doctor Ángel Sáenz.
La casa está ubicada frente del Convento de la Merced, en el sector de los tejares, en la calle Cuenca, conocida también como del Cajón de Agua. Originalmente la casa ocupó una mayor extensión, dividiéndose en el siglo XIX en dos propiedades.
Tipología de colecciones
Pinturas, esculturas, mobiliario, orfebrería, cerámica y numismática de los siglos XVI a principios del siglo XIX.
El guión del Museo gira sobre la Vida y el Arte en el Quito de la época virreinal; se analiza la ciudad y sus vivencias en ese período, cuyo eje dinamizador de la sociedad y el arte es la marcada religiosidad de la época, expresada en sus costumbres, devociones y festividades.
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