sábado, 9 de mayo de 2015

Museo de Sitio de Cotocollao

MUSEO DE SITIO COTOCOLLAO



Horario: de 08h00 a 16h00 horas
Valor: Entrada gratuita.

Historia Antigua del Ecuador

Inicia en (12.000 a.C.) con la llegada de los primeros indígenas a nuestras tierras, hasta la llegada de los primeros europeos y africanos 1534 d.C, fundación española de Quito.
Cultura Cotocollao: El museo destaca las características Culturales de los primeros asentamientos Formativos descubiertos en el Valle de Quito, basadas en evidencias arqueológicas recuperadas en este Sitio de Cotocollao.
El Período Formativo 400-300 AC.: Este periodo representa un medio de vida basado en la producción de alimentos, agrícolas, especialmente el maíz, la yuca, poroto, etc.
Después de una serie de procesos van cambiando y su vida sedentaria cada vez es más estable, tienen una mejor organización social basada en linajes, practican la reciprocidad y el culto a los antepasados y que reconocen la propiedad comunal de la tierra
Construyen  viviendas estables para familias amplias y aparece la alfarería, circunstancia que permite la cocción de alimentos en recipientes de barro. Uso del algodón para la confección de vestidos, perfeccionamiento técnico en la fábrica de artefactos en piedra paramoler, cortar, perforar, sembrar, etc.
La cacería, la pesca son actividades de supervivencia. Estas sociedades sedentarias  adquieren importancia respecto a los ritos y de fertilidad y se inicia la construcción de centros ceremoniales, como el de real alto en la península de Santa Elena.
Vale mencionar la presencia de la actividad volcánica en territorio ecuatoriano porque es una de las más intensas del mundo. En Quito, los volcanes Pichincha, Pululahua, Ninahuilca y Casitagua, protagonizaron una larga historia de erupciones que alteraron significativamente el paisaje y marcaron el destino de las poblaciones asentadas en sus inmediaciones.
El Pichincha con sus 12km. En su base, 4794m de altura y sus volcánes apagados Rucu-Pichincha Y Cóndor Huacchana, mantiene una actividad su caldera principal ubicada en el Guagua-Pichincha.
Desde el Periodo Formativo (1.500 a.C.) se asentaron grupos humanos que forjaron su historia aquí, bajo la permanente amenaza del fuego, la ceniza y los aluviones.
Volcanes, Quebradas y Lagunas
Junto a estas quebradas y lagunas se asentaron los primeros pobladores (- 1.500 – 500 A.C.), en grupos dispersos de familias de tradición Cotocollao.
Las lagunas del Norte de Iñaquito se desecaron y recargaron en varias ocasiones, como consecuencia de las erupciones volcánicas, depósitos de ceniza y aluviones de gran potencia hasta que en los primeros años de la Colonia desaparecieron por completo.
En la urbe de Quito dichas quebradas han sido taponadas o disminuyó la capacidad de carga, incrementando radicalmente el riesgo de futuros deslaves catastróficos.
El Medio Ambiente: El área de Cotocollao era muy favorable para los primeros asentamientos humanos y el desarrollo de la agricultura, gracias a su clima, temperaturas constantes, lluvias moderadas y suelos fértiles, así como la presencia de dos lagunas, hoy desecadas.
Las tierras de Cotocollao fueron las más aptas de todo el valle de Quito para la agricultura porque no son ni húmedas ni secas. En realidad se da un movimiento balanceado del agua que cae en forma de lluvia, razón por la cual los suelos son automáticamente fértiles durante todo el año.
Quito se destaca por ser un punto estratégico para el intercambio con la Costa y la región Amazónica a través de bocas de montañas de fácil tránsito, situación que beneficio a los pobladores de Cotocollao.
El Poblado: El poblado Formativo Cotocollao se ubicó a 2.800 msnm, al norte de la actual ciudad de Quito, junto a una laguna existente en este lugar.
Desde 1.500 A.C. el poblado creció sobre las laderas del Pichincha, que llegaron a ocupar un área de 26 hectáreas y una población aproximada de 750 habitantes en el año 500A.C., época en la que fue destruido por una erupción del volcán Pululahua.
Arquitectura: hicieron casas rectangulares (5X8 mts.) con paredes de bareque y techo de paja, orientadas siempre al este y asentadas sobre pequeñas ”grandas” cortadas en la cangahua para nivelar el terreno.
Al interior había camas, fogones y un hogar propiamente dicho en el centro. Existían también huecos grandes para almacenamiento, ubicados dentro y fuera de las casas de los sitios de elaboración de cerámica.
Organización Social: se basó en lazos de descendencia común o linaje, las prácticas de ritos funerarios y el culto a los antepasados.
Estas circunstancias reflejan también un “status” diferencial dentro de la Organización Social temprana, así como la estratificación socioeconómica y la diferenciación entre poblados.
Enterramientos: descubrieron un cementerio con más de 200 esqueletos muy bien conservados. En la fase temprana del poblado (1.500 – 1.100 A.C.) enterraban a sus muertos en tumbas individuales.
El cadáver se colocaba en posición flexionada, rodeado de piedras y cubierto con hojas de maíz. Parece que estas personas recibieron un trato preferencial por su rango privilegiado dentro del poblado.
También se hallaron que fueron depositados en diversas posiciones y direcciones, formando una especie de “fosa común”.
El tipo de enterramiento más generalizado es en posición flexionada. Algunos se hallaban sentados con los brazos fuertemente atados alrededor de las piernas.
Entierros secundarios: o conjuntos de huesos vueltos a enterrar formando “paquetes”. Pocas ofrendas fueron depositadas junto a los muertos, los recipientes de cerámica y piedra se hallaron fracturados intencionalmente, seguramente por efecto de algún rito funerario.  Demografía: El estudio de los esqueletos determinó la presencia de niños, jóvenes y adultos de ambos sexos. Existe una paridad entre adultos masculinos y femeninos, y en 73 casos no se pudo identificar el sexo.
El promedio de vida para el hombre y mujer era de: 35 y 34 años respectivamente.
La estatura, era entre 1.49 –1.76 metros para los hombres, y 1.38 – 1.67 metros para las mujeres.
La deformación craneana no es generalizada pero se da en todo los grupos de edad y sexo y consistente, generalmente de un aplanamiento occipital. La expectativa de vida al momento de nacer fue de 28 años
Cerámica: La cerámica se caracteriza por una variedad de formas de vasijas con decoraciones únicas y exclusivas. Conocieron 21 técnicas decorativas y 60 motivos o diseños básicos. Las  botellas tenían forma similar a las de Machalilla y Chorrera, así como una variedad local que ha sido denominada “Cotocollao” por ser diagnóstica de este sitio. En el Ecuador, la botella con asa en forma de estribo aparece, acaso por primera vez, en esta zona de Quito hacia el año de 1.500 A.C., y es una de las evidencias más antiguas en Sudamérica.
La Piedra: La Cultura Cotocollao se destaca por el trabajo en piedra: herramientas de obsidiana, basalto y pedernal, en la elaboración de hachas para las tareas agrícolas, piedras de moler, metates y morteros para tareas domésticas.
Merecen especial atención los recipientes de piedra trabajados y decorados minuciosamente, su forma y tamaño los hacen únicos en el Ecuador, y es evidente que fueron elaborados por especialistas para fines ceremoniales.
Recursos: aprovecharon los recursos ecológicos:
Las mejores tierras para el cultivo con alta productividad agrícola, dos formaciones de lagunas cercanas al poblado, que implica una explotación de recursos  lacustre: totora, arcilla, arena, limo y faunísticos (con sus derivados: aves, huevos, caza).
Sus quebradas aledañas que proveían de agua fresca y de piedras para la fabricación de recipientes decorados.
Las bocas de montaña permitieron un fácil acceso a la llanura selvática occidental, fueron ocupadas y posiblemente cultivadas.
Cazaban, especialmente de venado, aprovecharon además de sus derivados: piel, tendones, grasa, cornamenta, huesos. En la zona del páramo obtuvieron abundante provisión de paja para los techos de sus casas.
Tenían acceso a los productos “exóticos” de lo que hoy es el noroccidente de Pichincha: algodón, ají, sal, coca, etc. Explotaron en forma generalizada y continua fuentes de obsidiana y basalto para fabricación de instrumentos corto punzantes y para el intercambio.
Intercambio de Obsidiana: Los pobladores de Cotocollao inician la exportación de la obsidiana hacia la Costa para la elaboración de utensilios de uso doméstico y artesanal. La obsidiana es un vidrio volcánico que se obtenía en las minas de Mullumica, junto al cerro Puntas.
Tejidos: La gran cantidad de torteros (“fusiolas” o volantes de hueso) de cerámica para hilado, así como las improntas de textiles, permiten inferir el uso del algodón por la confección de prendas de vestir.
Alimentación: Los pobladores de Cotocollao fueron, ante todo, agricultores con amplia experiencia en el cultivo de maíz, poroto, quinua, papa, oca y chochos.

Consumieron también plantas y frutos silvestres, la dieta se complementó con la caza de venado, conejo, guanta, puma y lobo (esto es evidencia por los huesos recuperados en los basurales). Así mismo se han encontrado restos de cuy, de pequeños reptiles, llama, tórtola y otras aves. Además, los churos terrestres, y seguramente los catzos y cuzos fueron recolectados en ciertas épocas del año.

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