MUSEO DE
SITIO LA FLORIDA
Horario de Atención:
miércoles a domingo de 8h00 a 16h30
Valor: Entrada libre
En el Museo de Sitio La
Florida, el FONSAL ha identificado un cementerio prehispánico cuyas dataciones
de carbono 14 le ubican entre los años 220 después de Cristo y el 640 después
de Cristo.
En el sitio, el FONSAL
excavó alrededor de 10 tumbas de 17 metros de profundidad por 2 metros de
diámetro, habiéndose logrado rescatar ricas ofrendas funerarias de cerámica,
tejidos, spondylus, metales y otros accesorios, con los que los antiguos
habitantes de Quito enterraron ritualmente a sus muertos.
Entre los trabajos
realizados por el FONSAL destacan: la prospección arqueológica: determinación
del sitio, excavación arqueológica: descubrimiento de 10 tumbas (220 d.C. - 640
d.C.) de los Períodos de Desarrollo Regional e Integración, construcción del
museo de sitio, estudios especializados en medicina forense, ADN, C14,
semiótica, chichas, geología e historia, museografía de vestigios in situ,
colocación de materiales en vitrinas, etc.
Igualmente, conviene
resaltar el rescate de materiales culturales funerarios: 240 vasijas de
cerámica, 110 piezas de oro, y aproximadamente un centenar de individuos
enterrados, a más de vestigios de madera, conchas cornamentas, madre perla y
tejidos.
Las medida de las
sepulturas van desde los 10.50 m la más pequeña hasta los 17m las mas grande.
La forma de las sepulturas es circular, las interpretaciones de cosmovisión
indígena actual (creencias que ellos tienen), esto representaba la perfección,
el universo, el infinito, la vida, el sol, la unión de la vida (arriba) y de la
muerte (abajo).
Se encontraron 400 piezas
cerámicas, 55 personas y, se dice que, un kilo de concha Spondylus.
Sepulturas: En una de las
sepulturas podemos ver una representación de como enterraban a sus familiares,
ellos los enterraban en posición fetal porque creían que iban a volver a nacer
en el vientre de la mama pacha por eso, también, los enterraban rodeados por
piezas cerámicas con comida, con agua, porque iban a necesitar alimentarse,
también los animales eran parte de las ofrendas, mas no para la alimentación.
Otra de las interpretaciones del porque los enterraban en esa posición era
porque creían que iban a hacer dioses del mundo de abajo. Estas personas fueron
encontradas mirando al occidente, al volcán Pichincha, al cual se supone que lo
veneraban. En el lado izquierdo se encuentra una mujer de 22 años, en sus manos
podemos ver el gancho de propulsor, se dice que pudo haber sido ama de casa. Al
lado derecho vemos un varón de 45 años, era comerciante y murió por hernia
discal (enfermedad de la espalda, llevaban tinajas en la espalda para
comercializar).
También vemos un niño de
más o menos 11-12 años y un adolescente
de 15-17 años.
Estas personas morían por
enfermedades como la artritis, osteoporosis, hernias discales, desnutrición,
infecciones bucales.
En cuanto a la
vestimenta, las personas de la cámara central poseen un ajuar (poncho) hecha a
base de concha Spondylus, cabe recalcar que solo lo usaban las personas
importantes, las demás personas están cubiertas por un tardo (bolsa que cubre
el cuerpo) y por una mortaja (pañuelón) que cubre sus cráneos.
La primera tumba en forma
de un cilindro fueron encontradas 8 personas con diferencia de 1cm cada
enterramiento con tierra (tierra agrícola obtenida de los sembríos cerca de la
laguna).
En la tumba más grande y
más antigua se encontraron 12 personas,
aquí podemos una cámara robot que bajaba y se veía las paredes de las tumbas.
Esta tumba data del año
200dc hasta el 600dc, es decir, que los enterramientos estuvieron aquí hace más
de 1500 años. Aquí también fue encontrada una vasija (en el hoyo que hay en la
pared).
Representaciones: La
tumba en forma de cilindro representa la Unión entre el hombre y la mujer que
son una sola persona, el sol, la luna.
La tumba donde están los
cuerpos representa la Dualidad, por ejemplo la tierra y el cielo, el agua y el
fuego, etc.
La tumba en forma de
trébol representa la Tripartición que significaba según la cosmovisión indígena
actual los tres mundos; el de arriba, el de aquí (el de los vivos) y el de
abajo (el mundo del mas allá).
La tumba más grande
representa la Cuatripartición; los cuatro puntos cardinales, los 4 elementos
principales (tierra, agua, fuego y aire), el calendario solar donde están los
equinoccios y los solsticios que son fechas en donde ellos festejaban a sus
dioses por agradecimiento. Por estas fechas ellos sabían cuando cosechar y
cuando sembrar.
Aquí podemos ver el ajuar
funerario que consiste en el poncho hecha de concha Spondylus de color morado
que significa muerte y hombre, y la anaranjada y beige significa la vida y la
mujer, la mortaja y joyas laminadas y repujadas en oro (oro aluvial extraído de
los ríos).
En la espalda podemos
observar concha madre perla (nácar) y plaquetas de cobre
Tenemos la representación
de los 3 mundos. El ave representa al mundo de arriba, la lagartija al mundo de
aquí, y la serpiente al mundo de abajo. Podemos también ver que aquí está
plasmado la dualidad (2 aves. 2 lagartijas). La serpiente significaba la
fertilidad de la tierra esto significaba el renacimiento ya que la serpiente
cambia su piel dos veces al año y es como que vuelve a nacer.
Estas son las ollas
trípodes que servían para infusiones con planta de la hoja de coca (terrazas
agrícolas de Pimampiro) y chucchuhuasa (intercambio comercial) era como té y
calmaba las reumas, esto mas lo usaban las mujeres, los hombres se dedicaban a
las construcciones de las tumbas.
Momias
Los cuerpos fueron
enterrados en posición fetal, es decir flexionados las piernas y los brazos
sobre el pecho. El director del museo, Holguer Jara, explicó que es importante
recalcar el que todos se encontraban
dirigiendo la mirada hacia el Pichincha.
Cosmovisión
Una vez enterrados los
muertos, las tumbas eran rellenadas con tierra agrícola humífera, dejaban un
montículo de tres metros de alto. Lo hacían con la tierra agrícola porque creían
en una vida futura fecunda.
Les enterraban
profundamente porque de acuerdo a su cosmovisión, consideraron que tenían que
purificarse con las aguas de los ríos subterráneos que bajan del Pichincha,
dijo Jara.
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